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Consejos para realizar el cambio de armario de temporada
Ya estamos otra vez: la temporada cambia y con ella llega el temido cambio de vestuario.
Entre la organización y algunos trucos, Perchas Gordo, fábrica de perchas en Madrid, nos ofrece 10 consejos prácticos para hacer del temido cambio de armario un momento de máxima optimización.
Los secretos (para copiar) de los que siempre mantienen su casa en orden
Si lo haces en el momento adecuado, con el ánimo adecuado y con algunos trucos para mantener la calma, puede resultar no sólo más fácil y rápido de lo esperado, sino también una fuente de nuevo orden (físico y mental), diversión e incluso algo de dinero extra.
¿No nos crees?
Aquí tienes 10 consejos para afrontar el cambio de estación tanto a nivel práctico como psicológico sin hacer un drama de ello.
Al contrario: convertir un momento habitualmente desagradable (casi) en un juego.
10 trucos para un cambio de armario sin estrés
1. Eliminar lo superfluo
Hay que deshacerse por fin de ese jersey al que tanto cariño le tenemos pero que ya no te puedes poner.
Y despídete de toda esa ropa que «quizás si pierdo tres kilos…».
Para el cambio de armarios adopta la buena filosofía de ordenar, la eliminación de lo superfluo, que aparece por todas partes ahora, sobre todo en el armario.
Para proceder a una eliminación a prueba de Marie Kondo, hazte las siguientes tres preguntas:
1) ¿Lo he llevado este año?
2) ¿Me queda bien?
3) ¿Tengo al menos otras dos prendas con las que podría combinarlo?
Si es más bien un no, ¡entonces tíralo sin remordimientos!
2. Intercambia lo superfluo con lo de tus amigos o véndelo
Las superfluidades pueden ser una fuente de sana diversión, además de ser una especie de compra o una fuente de ingresos sorpresa, si organizas una fiesta de intercambio con amigos o pones a la venta lo que ya no usas.
Sin tener que organizar necesariamente una fiesta de intercambio, puedes optar por la variante básica: un par de amigos y adelante, o el intercambio digital.
Hay muchas aplicaciones en las que puedes intercambiar, comprar y vender lo que has desechado durante el cambio de armario.
3. Plancha todo antes de colgarlo en el armario
Plancha bien tu ropa antes de guardarla y luego dóblala bien, al estilo origami.
El enrollado es también una técnica que ahorra espacio y estrés.
Si quieres una armonía visual máxima, apuesta por la disposición vertical: te ayudará a tener una visión completa de tu armario, ayudándote así a crear los conjuntos perfectos. Para ello es importante contar con perchas de pinzas falda y pantalón.
4. Crear un orden visual
Un armario limpio, ordenado y simplificado es el espejo de una mente igualmente limpia y ordenada.
Por lo tanto, planchar, doblar y arreglar pantalones, faldas, jerséis, etc., equivale a cuidar de tus cosas (y, por lo tanto, también de ti mismo).
¿Un truco infalible? Recrea el efecto de la sala de exposiciones. Puedes elegir percheros metálicos y mantener algunas prendas a la vistal.
Coloca los accesorios y cuelga la ropa en las perchas de madera más adecuadas para cada prenda, como en las boutiques, un poco a la vista y prestando atención a la disposición a nivel estético.
5. Elija las cajas que más te convengan
¿El mejor amigo del cambio de vestuario? La caja.
Consigue muchas y de diferentes formas, diferentes tamaños en función de las prendas y accesorios a empaquetar, pero también diferentes colores, para recordarnos mejor dónde hemos guardado ese par de vaqueros.
Por lo tanto, no pueden faltar: cajas de colores; cajas pequeñas (para accesorios como bolsos, zapatos, cinturones y bufandas; cajas medianas (para pantalones, faldas, jerséis, camisas, etc.).
Luego, obviamente, los de formato maxi. En las cajas grandes puedes meter abrigos, plumíferos, chaquetas, mantas y todo lo que sea muy voluminoso.
Pero antes de entrar en el meollo del cambio de armario, coge cuatro cajas:
En una de ellas escribe «tirar«; en la otra «regalar«; en la otra «en duda» y en la última «arreglar«. De este modo, harás una colección de ropa realmente encomiable.
6. Haz el cambio de vestuario en compañía
Sí, es cierto: cambiar de armario solo es un aburrimiento mortal. Pide a un amigo que te eche una mano, así podrás transformar un momento de estrés en un momento de juego.
Un poco de música, un té de hierbas caliente, muchas risas mientras pruebas y vuelves a probar cosas antiguas que ahora están pasadas de moda. ¡Así como los aspectos más destacados de tu look!
Estarás deseando que llegue la próxima temporada para volver a cambiar tu vestuario.
7. Elija el día adecuado
El día hace mucho, hay que elegirlo con cuidado, evitando los días de la semana con alto riesgo de estrés.
Nada de lunes, nada de domingos (porque la depresión dominical no ayuda) y, en general, nada de días en los que estés cansado.
Tómate un día libre para dedicarlo totalmente a tu vestuario, aprovechando para cuidar de la casa y de ti mismo.
¡O el sábado, y luego recargar el domingo disfrutando de tu vestuario perfecto!
8. Vaciar todos los armarios y cajones
La tentación de hacer un compartimento a la vez para evitar demasiado desorden es fuerte. ¡Pero resiste!
Hay que crear desorden para poder ordenar después. Así que el consejo es: vacía todos los cajones y armarios, y luego pon todo sobre la cama, bien visible.
Dividir en montones según el tipo de prenda. Lo importante es separar las chaquetas de las camisas, los pantalones de las faldas, etc., para evitar un caos en el que empantanarse más adelante, cuando haya que llenar el armario definitivamente.
Tener un ojo en todo lo que hay en la cama también le ayudará a ver lo que tiene y a examinar cualquier duplicado.
9. Haz un inventario de tu vestuario
Lleva un diario de vestuario. ¿Nunca pensaste en eso? Además de ser una idea bonita, te ayudará a fijarte en las cosas que tienes.
Hacer un inventario de tu armario te evitará comprar duplicados. Y también te enseña algo muy importante: a dar importancia a las cosas que tienes.
Al igual que un diario de comidas cuando se está a dieta, el diario del armario te ayudará a limitar tus excesos en las compras.
También es una forma estupenda de saber siempre qué llevar, lo que te permite desarrollar mezclas y combinaciones ya sobre el papel.
10. Sentimentalismo sólo con prendas realmente significativas
En cada cambio de vestuario, nunca debemos caer en la debilidad de «¡no, me niego a tirar esto!».
Pero sabemos que es imposible hacerlo, así que al menos pongamos algunas limitaciones: guardemos un máximo de dos prendas que nos hagan palpitar el corazón (pero que sinceramente tampoco nos pondremos este año).
En cambio, otro asunto es para aquellas prendas que tienen un significado particular a nivel emocional.
El vestido que te pusiste en tu primera cita con tu novio; el par de vaqueros que te ha acompañado fielmente en cada viaje; la chaqueta que te pusiste para tu entrevista en el trabajo con el que soñabas y que ahora se ha convertido en tu oficina…
Estas prendas son intocables, por lo que no deben tirarse. Pero tampoco deben mezclarse con la ropa que se usa a menudo.
Así que coge una caja grande y ponlas allí, separándolas cuidadosamente con papel de seda.
¡Será tu caja de recuerdos de la moda!